La habitación con las paredes de mantequilla y los pasos que das dejan su huella en la moqueta, que es de fresa y está llena hasta arriba, la ventana abierta al fondo: abres los postigos y sientes el aire, que es negro y azul. Cala por dentro.
Las baldosas que pisas con el dibujo alrededor del pie subiéndote por los tobillos hasta la rodilla, de colores, por debajo de la piel y ahora en tus ojos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario