- ¿Qué le pongo, amigo?
- Cachondo.
- ¿Disculpe?
- Una cerveza.
- ¿La quiere fría?
- Sólo quiero una cerveza. No haga tantas preguntas.
- Oiga…
- Mi cerveza, ¿ya la tiene?
- No le consiento esa actitud, señor. Va a tener que acompañarme a la puerta.
- ¿Por qué? ¿Ya se marcha?
- Voy a llamar a la policía.
- Le espero. Cuando vuelva, tráigame mi cerveza.
- Está loco.
- Se la he pedido fría, recuérdelo.
(seis minutos más tarde aparecen dos agentes; intercambian algunas palabras con el barman, se acercan a la mesa)
- Disculpe, caballero, ¿sería tan amable de acompañarnos?
- ¿Es una pregunta trampa?
- Levántese.
- Si depende de mí, la verdad es que estoy bien aquí sentado. Tome algo conmigo, agente. Le vendrá bien. Hace un calor de cojones. ¿A qué hora entró a trabajar esta mañana?
- (a su compañero) Ayúdame a sacar de aquí a éste. Por ese lado, ok. Sujétalo. Colabore y nos ahorraremos problemas.
(no opone la menor resistencia, se deja levantar de la silla por debajo de los brazos, apenas sí hace el esfuerzo justo para no desplomarse)
- ¿Está borracho? Enséñeme su carnet.
- Iba a beber. Pensaba hacerlo. Pero aquél (señala al camarero, que lo observa todo a distancia detrás de la barra) se entretuvo con tonterías hasta que aparecieron ustedes. Sabe, le pedí una cerveza y eso fue todo. ¿Me la trajo, él? No.
(lo arrastran fuera del local, se paran en la puerta, en el exterior, uno de los agentes le devuelve la cartera)
- Míreme a los ojos, mister: si está aburrido váyase a casa y ponga la tele. ¿Estamos? Ahora puede marcharse. No vuelva por aquí, eso le pido. Hágalo y la próxima vez tendrá que acompañarnos. ¿Le queda claro? Circule.
- No me importaría acompañarles. Qué buena gente. ¿Adónde sería?
- ¡Haga el favor!
- Me encantaría ir con ustedes.
- Oye, Dani, este tipo nos está tomando el pelo, ¿verdad?
- Me lo parece.
- Bien, contra el coche, abre las piernas. ¿Cuál es tu problema? ¿Eres un payaso? A los payasos los llevo muy mal, pero muy requetemal. ¿Quieres dormir esta noche en la celda?
- Me está haciendo daño.
- ¿Quieres dormir en la celda?, dime.
- Me duele.
- Cuidado con las payasadas, amigo. ¿Estamos?
- Estamos.
- Muy bien. Ahora sal de aquí echando leches. Que no te vea en todo el día. Si tengo que cruzarme contigo vas a lamentarlo. Venga, camina.
- ¿Al final no me llevan? No les molestaría nada, palabra.
(lo cuecen a hostias)
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de bares, de historias...te veo y te sigo "hanser" ...cuando nos veremos, tal vez pronto.
ResponderEliminarBuenísimo es la lógica elevada a la enésima potencia.
ResponderEliminarMe he reído un montón.
Dialogan todos desde ángulos completamente distintos.
Un abrazo