Meterte dentro de las piedras en rayos de sol. Dentro de las aceras y lo que hay por debajo y justo encima. Detrás de las verjas con jardines al otro lado. En los calcetines de las niñas y en su pelo, debajo de las camisetas blancas y agarrándote del marco de la entrada del colegio. Morirte allí del todo. Con un batido de vainilla paseando.
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