viernes, 10 de abril de 2009

"El avión no se movió. Afuera había un alboroto del carajo, podías verlo por las ventanillas, sentías el estruendo a través del fuselaje. Entonces desplegaron la escalerilla y aquel tipo subió a bordo mientras el abuelo ya se despedía de todos con lágrimas en los ojos. Era porque había tenido la ocurrencia de lanzar aquella tonga de billetes falsos por la ventanilla de camino al aeropuerto. Se armó un alboroto, algunos de los negros incluso corrieron detrás del coche lanzando palos, piedras y cosas así. De modo que cuando entendió que el avión no iba a despegar…en aquel momento, bueno…imaginó que era el fin."

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