sábado, 11 de abril de 2009


“Ya tengo claro que los afters son sobre todo antros para gays y travestis. Estábamos allí, en una de esas cabinas porno…tienes un mando a tu derecha y decenas, no, cientos de películas con sólo pulsar un botón. No sólo mariconeo, de hecho la mayoría pelis para heterosexuales, un tío y una tía, ahí, dándole…Yo sentado en mi sitio, tranquilo, cada vez más ganas de hacerme un pajote…y se me sienta al lado un tío, un mariconazo, claro. Sin apartar la vista de la pantalla, empieza a soltar frases…"cómo la chupa ese tío”, “qué mamadas pega, la tía”…y yo borracho perdido pero atento porque ése quería juerga…Efectivamente, a los dos minutos comienzo a notar su mano subiéndome por el muslo…le dejo hacer, unos segundos más, luego me giro con calma hacia él (con mucho estilo, me salió de puta madre) y le pongo el dedo en la cara: “no”. ¡Salió de allí cagando leches! Y no es todo, joder, ¡y tanto que no! Me doy la vuelta y veo a Jose echado sobre el respaldo de su asiento, los pantalones en los tobillos, y dejándosela chupar por tres tíos al tiempo. Una situación así, tal como estaba sucediendo en ese momento, no puede imaginarse si no se vive; todo de lo más rancio y sórdido que puedas echarte en cara; tanto que, de no ser por la borrachera, ni yo mismo hubiese aguantado allí dentro más de cinco minutos. Joder, como parte del espectáculo tenías a la vista un travelo yendo de aquí para allá, chupándosela a todo dios, sólo por deporte. Bastaba con que se lo pidieses y allí te iba, con la boca abierta. Por supuesto, Jose fue uno de los que se dejaron hacer. Yo no quise saber absolutamente nada, sólo me quedé allí, en el sitio, de nuevo la vista puesta en la pantalla y de nuevo las ganas de sacármela allí mismo, pajearme. En este punto te diré algo: resulta completamente imposible sacarse la polla en un sitio como ése; nada de intentar hacerse una paja, olvídate, no hay forma.”

1 comentario: